El Plan Bolonia
por Carlos Á Trevisi (12-2008)
El desprestigio de la política y de los políticos se debe casi exclusivamente al hecho de que el sistema que impulsa a la acción no se corresponde con la realidad. Es tal la rapidez con que se precipitan los acontecimientos que no hay tiempo para hurgar en los planos ocultos de la realidad, que exigen una profunda reflexión que abarque la mayor cantidad posible de variables (y vaya esto en el mejor de los casos, que si hilamos fino…). De ahí que seguramente haya caído en desuso aquello de que la educación es demasiado importante para quedar en manos de los maestros.
Un programa de televisión que aborda distintos temas de actualidad presentó a cuatro políticos representantes de otros tantos partidos a debatir sobre el tema Bolonia. Hubo coincidencias respecto de las nuevas posibilidades que se brindan a los estudiantes (asistir libremente a cualquier universidad europea -comenzando la carrera en un país y terminando en otro, por ejemplo); se habló de la existencia de antiguos planes aún en vigencia que autorizan alternancias parecidas pero que no satisfacen tan integralmente sus aspiraciones (Erasmus), etc.
Un tema, sin embargo, nada “light”,
en el que coincidieron todos -una profesora universitaria del PSOE y uno de
igual ocupación del PP, en los que primaba su condición de políticos- , habría
exigido una reflexión más profunda y marcado con claridad las diferencias entre
ambos.
Se trataba de reivindicar una
necesidad que ya la universidad argentina de la década del sesenta había puesto
en marcha: insertar la Universidad en la sociedad favoreciendo estudios que
sirvieran a los intereses de las empresas de modo que a través de la
especialización no sólo se encontrara una salida laboral a los estudiantes, sino
que las empresas contaran con gente que por "pertenecer" al medio se
consustanciaría mejor.
Con todo que es de dudosa
importancia lo que manifestaron, en fin, podría aceptarse como marco. Lo grave
fue que no supieron explicar -pese a que se planteó el asunto- qué pasaría con
las carreras de humanidades a las que, poco más o menos, se las invitaba a
seguir adelante como en la actualidad, no sin antes dejar en claro que habría
carreras que desaparecerían porque la misma demanda de los estudiantes, aún hoy,
día va dejando desiertas más de una de ellas; o que los tales profesores
de la tertulia (¿políticos?) no dieran razones de fondo para plantear objetivamente las
reservas que exige una adhesión a Bolonia .
Esto de restar importancia a
las humanidades no es achacable al sistema universitario, que tiene su atraso
–las universidades españolas son paquidérmicas y con esa “agilidad” no es
extraño que no figure ninguna de ellas entre las cien mejores universidades del
mundo- sino mas bien al desborde social propio de un país que en treinta años se
ha enriquecido de tal modo que sus jóvenes han perdido el rumbo hacia el conocimiento
y se han dedicado a hacer dinero. Si hoy día deserta uno de cada tres
universitarios no será porque la universidad no funciona sino porque nuestros
jóvenes viven una vida despreocupada de los valores que tendrían que alimentar
su voluntad y su inteligencia (de ahí entre otras cosas que las mujeres, no
imbuidas aún de esa necesidad de hacer dinero, hayan copado el “mercado”
universitario y cuantitativamente superen a los varones en número de graduados).
Tampoco es de descartar que las PYMES, que representan el 80 % del PIB español
estén en manos de gente lista pero sin preparación, que ha sabido encausarlas en
épocas de bonanza aunque sin la vitalidad necesaria para la prospección de un
devenir no muy lejano. El hecho es que tales escaseces no las autorizan a
participar de los cambios tan profundos que se están operando si no encaran una
reforma productiva que no saben cómo llevar a cabo y para la cual, por temor a
perder el control de su “creación”, excepcionalmente buscarían ayuda profesional
universitaria.
Así, la demanda de
universitarios quedaría en el ámbito de ese 20 % restante que representan las
grandes empresas transnacionalizadas, que contratarían a sus ejecutivos junior
allá donde se instalaran. En este punto se podría asegurar, sin un gran margen
de error, que difícilmente contraten españolitos hasta que no asumamos que una de las más terribles
fallas de su formación radica en que no saben inglés, detalle al que no se
aludió en ningún momento y que tiene tela para cortar, porque, entre otras
cosas, sólo los colegios privados imparten un buen nivel de lengua inglesa.
La universidad no es sólo para
aprender medicina, química o derecho. Le cabe la obligación de ofrecer una
educación epistemológica para crear universos reflexivos que apunten al saber
antes bien que a cómo fabricar un tornillo o administrar una empresa. La postura
que sostenían los profesores invitados al programa era la de condicionar esos saberes a las necesidades de la empresa que, eventualmente, hasta
“subvencionarían” carreras. Así, se me ocurre con mordacidad, habría estudios
superiores en tornillos, válvulas de coches, ordenadores, teléfonos móviles…
pero difícilmente facultades de ciencias sociales.
Las sucesivas circunstancias
que han empujado al mundo a esta nueva catástrofe económico-financiera que
estamos viviendo exige ir a las fuentes, porque no es cuestión de que no sepamos
defendernos ante tamaño atropello. La estafa por 50 mil millones de dólares que
perpetró Madoff en EE.UU. es operativamente tan antigua que mete miedo. Eso de
la “pirámide” lo hace cualquier Manolito como el amiguito de Mafalda. Y nadie se
dio cuenta (¿nadie?) ¿Cómo es posible que ese canalla prometiera un 100%
de interés a tres meses de realizada la inversión? ¿Sabrán estos profesores
invitados al programa que los paraísos fiscales guardan 3 billones de dólares -3
billones, con 12 ceros- de dinero negro que no tributa y que baja, según las
circunstancias, (drogas, armamentismo) aquí o acullá para seguir acumulando más
millones y millones?
Las empresas ya no tienen ni
autonomía económica ni financiera. Los bancos son sus socios principales y , en su legítima búsqueda
por ganar dinero (porque es legítima, mal que nos
pese) son ellos los que eligen los
productos que necesita el mercado: cómo tienen que ser (o no ser), cuándo deben
aparecer (y cuándo desaparecer); dónde tienen que comercializarse (y dónde no);
a qué precios, y demás. Se acabó la época en que Henry Ford levantaba una
fábrica de autos sin contar para nada con los bancos, a los que jamás pidió un
dólar prestado. Hoy día para conseguir un crédito lo que le importa al banco es
que el proyecto satisfaga sus intereses; si no fuera así no hay
crédito y, consecuentemente, no hay producto. El paradigma de esta miseria son
las empresas farmacéuticas (os ruego visitéis “La salud no es un derecho” en
http://www.fundacionemiliamariatrevisi. com/articulosdeopinion/poli6b.htm)
y las patentes que resguardan sus derechos exclusivos).
La gravedad de esto radica en
el hecho de que esta complacencia con Bolonia en los términos actuales de
aplicación puede perjudicar seriamente a la universidad pública, privando a la
sociedad, a la que pretende defender, de valores esenciales que únicamente
aquella puede brindar: nadie “monta” una universidad con la mira puesta en la
sociedad y, aún si así fuera, llegado el momento, sus circunstancias financieras
y necesidad de supervivencia tirarían por la borda sus mejores intenciones.
Todo indica que el afán por
“pertenecer” nos arroja en manos de Bolonia sin haber lavado la ropa sucia antes.
Hay estadios que no se pueden saltar, a menos que aspiremos a una universidad
“coca-cola”, en la que el envase vale más que el contenido.
2
Sep 2010 ... Es posible que la implantación del llamado modelo Bolonia
(que algunos profesores llaman "la amenaza Bolonia") tenga muchos de los ...
Una espléndida noticia, al margen de que sea cierto o no que el modelo
Bolonia es solo una estrategia del Mercado Feroz para acabar con los
heroicos especialistas en filología wahili o para reconvertir a los novelistas
en ingenieros. De las costumbres arcaicas que aún padecemos en la enseñanza,
pocas hay más absurdas y dañinas que las llamadas "lecciones magistrales" (no es
broma, se llaman así).
Los sacos de dormir vuelven a adornar el vestíbulo
de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Lo hacen
más de un año después del punto álgido del movimiento estudiantil contra el
proceso de Bolonia, que ha dado un modelo común a las universidades de 47 países
europeos, con tres ciclos: grado, máster y doctorado.
Allan E. Goodman preside el Institute of
International Education, una entidad estadounidense que lleva 90 años fomentando
los estudios universitarios en el extranjero y que hoy gestiona más de 200
programas, entre ellos, las becas Fulbright o el Study Abroad. Experto en
diplomacia pública y relaciones exteriores, fue asesor de Inteligencia de la
Administración del presidente estadounidense Jimmy Carter.
Bolonia o el capitalismo académico
por
ENRIQUE JAVIER DÍEZ GUTIÉRREZ
El proceso de convergencia europea, que se presenta
como una forma de armonizar los diferentes sistemas universitarios europeos,
tiene un espíritu que casi todo el mundo podría compartir: equiparar las
titulaciones; desarrollar un aprendizaje más centrado en el estudiante,
reduciendo el peso de las clases magistrales, o potenciar la docencia tutorizada
y de tipo seminario. El problema del Plan Bolonia es el marco global en el que
se inscribe y la filosofía que orienta esta reforma.
La universidad ante
Bolonia por Carlos Paris.
(Público)
No deja de ser curioso observar que, en el debate
sobre el Plan Bolonia, una gran parte de los estudiantes, supuestos
beneficiarios del mismo, lo rechazan, frente a los rectores, que lo defienden, y
a los ministros, que lo acordaron y firmaron. La masa frente a la minoría
gobernante. Una manifestación más del modo en que, en la Unión Europea, la elite
en el poder marca caminos que divergen, muchas veces, de la voluntad popular.
España: un notable en la
aplicación de Bolonia, Daniel Basteiro, 29 de mayo de 2009
A pesar de que la semana pasada
Bruselas criticó la lentitud en la implantación del proceso
de Bolonia en España, ayer el ministro de Educación, Ángel
Gabilondo, recibió un cuatro sobre cinco en la aplicación de
las medidas previstas, desarrolladas por sus antecesoras. La
noticia se hizo pública durante la primera sesión de la
reunión interministerial que congrega en Lovaina (Bélgica) a
los responsables de educación de los 46 gobiernos que forman
parte del Proceso de Bolonia.
No embolonien la educación
por Lucía Álvarez. Caras y Caretas, Argentina.
Miles de estudiantes europeos están
movilizados desde hace meses en contra de la unificación de los programas de
estudio de las universidades del Viejo Continente, una medida que está por
implementarse y que tiene un tufillo neoliberal.
Pablo Gentili, secretario
adjunto del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), dijo: “El
aniversario de la reforma universitaria de 1918 nos encuentra frente a una
pérdida de legitimidad del discurso neoliberal en toda la región. Este momento
exige una gran dosis de creatividad para avanzar en una reforma universitaria
que amplíe y consolide instituciones académicas inclusivas y que se centre en un
modelo de excelencia asociada a la democratización efectiva de la producción y
difusión de saberes”.
Preguntas sobre Bolonia,
por Manuel Atienza
, El País, 30-03-09
[...] Es casi imposible no
pensar que lo que la reforma de Bolonia va a producir en un futuro inmediato,
con la sustitución de las licenciaturas por grados, es justamente una
degradación de los estudios y de las titulaciones; o sea, los graduados de
mañana sabrán menos que los licenciados de hoy y tendrán un título que les
abrirá menos oportunidades laborales. ¿O alguien cree que por arte de
birlibirloque, aun contando con el concurso de pedagogos y psicólogos, lo que
antes se aprendía en cinco años va a poder ahora asimilarse en cuatro? Quedan,
claro, los estudios de posgrado, pero ¿cuántas universidades estarán en
condiciones de ofrecer títulos de master "competitivos en el mercado
laboral"? [...]
Más de 20 artículos de
actualidad.
Bolonia merece un debate , por
Susana Narotzki (Público)
Los estudiantes reunidos en
asamblea en diversas universidades de España han solicitado una moratoria de la
aplicación del Plan Bolonia y la apertura de un gran debate nacional sobre el
modelo de universidad pública que queremos. Esta demanda no sólo es razonable,
sino que en la actual coyuntura político-económica es la única razonable. En
efecto, el llamado Plan Bolonia
–y en concreto las transformaciones pedagógicas y gerenciales a que ha dado lugar– es la expresión de unas políticas neoliberales iniciadas hace casi 30 años por la sra. Thatcher en el Reino Unido y que, en este momento histórico, han quebrado en todos los sentidos.
–y en concreto las transformaciones pedagógicas y gerenciales a que ha dado lugar– es la expresión de unas políticas neoliberales iniciadas hace casi 30 años por la sra. Thatcher en el Reino Unido y que, en este momento histórico, han quebrado en todos los sentidos.
El Plan Bolonia, por Carlos Á. Trevisi 16 de diciembre de
2008.
BOLONIA (Estudios Universitarios)
Rosa Navarro Durán
«La reforma de Bolonia me da pánico. Es descafeinar aún más unos estudios en crisis»
«La reforma de Bolonia me da pánico. Es descafeinar aún más unos estudios en crisis»
¿Necesita el sistema universitrio un cambio?
por Guillermo Bernabeu
y Rafael Bonete. El país, 23 de
setiembre de 2008.
¿El proceso de
Bolonia es el cambio
adecuado?
Este artículo fue publicado por
DIÁLOGOS educativos en el año 2001. Me crucé
con él Releyendo mis archivos de entonces
y me llamó la atención que poco más o menos
estuviera, ya por aquel momento, anticipanto lo
que sería
Boloniaen la actualidad.
Sí
a Bolonia, pero no así. por Carlos Berzosa
Con él se pretende
que converjan sistemas educativos superiores muy distintos entre sí, con
la finalidad de facilitar la movilidad de estudiantes y profesores y de
conceder validez a los títulos universitarios de cualquier país para
poder trabajar en otro distinto
Bolonia como metonimia
Por Josep Maria
Fonalleras, escritor (EL PERIÓDICO,
02/12/08):
Hace unos años, leí en una propaganda institucional que
“Bolonia no es un plato de pasta”. Eran los inicios de las
campañas para promover el conocimiento sobre el Espacio
Europeo de Educación Superior, conocido por sus siglas
(EEES) y objetivo final de la llamada Declaración de
Bolonia, firmada en 1999 por 29 estados europeos en la
ciudad natal de Morandi y de la más histórica universidad
occidental. El hecho de que Bolonia fuera el lugar escogido
tenía su enjundia simbólica, por supuesto, ya que se trataba
de enlazar la fecunda tradición universitaria de diez siglos
con el reto que se planteaba en la declaración: crear una
especie de comunidad educativa en la cual se pudieran
conseguir altos grados de “comparabilidad”, como acaba de
escribir el catedrático Abel Mariné.
Bolonia como unidad de medida
Por Josep Joan
Moreso, catedrático de Filosofía del Derecho
y rector de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (EL
PAÍS, 05/12/08):
El sistema métrico decimal, es decir, esta manera tan cómoda
de medir los trayectos que recorremos y el agua que nos
bebemos y de pesar los alimentos que ingerimos, comenzó a
establecerse en Francia de la mano de la Revolución
Francesa. Alcanzó el éxito porque favorecía la coordinación
mejor que cualquier otro sistema. A pesar de que la
estabilidad, uniformidad y sencillez del sistema métrico
decimal parecía augurar un éxito rápido, su establecimiento
no fue cosa fácil. Había mucha resistencia a este cambio, un
rechazo producto de la ignorancia, el miedo y la
desconfianza.
Errores sobre
Bolonia
Editorial El País, 30 de noviembre de 2008
Algo se ha hecho mal cuando la construcción del Espacio Europeo de Educación
Superior, conocido como Proceso de Bolonia, ha suscitado interpretaciones tan
alejadas de la realidad como que supone la privatización, mercantilización y
degradación de los estudios universitarios. Ésta es la idea, equivocada, que ha
movido las protestas estudiantiles de las últimas semanas. Bienvenida sea una
movilización que tenga como propósito defender la Universidad pública, con
tantos problemas como enfrenta desde siempre. Pero es evidente que, en este
caso, la desinformación ha llevado a atribuir al Proceso de Bolonia propósitos
que no tiene
BOLONIA: El caso de la ministra desaparecida por SUSANA PÉREZ DE PABLOS (El País, 21-12-08)
Los universitarios recriminan
a Garmendia la falta de liderazgo en el conflicto de
Bolonia
Noticias, reportajes, videos (El País, 18 de diciembre de 2008).
La Declaración de Bolonia fue firmada en 1999 por
29 países para promover la homologación de los títulos en la UE y fomentar la
movilidad de los estudiantes y profesores. Debe completarse para 2010.
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Reflexiones en torno al
plan Bolonia y el "movimiento estudiantil"
(Este
trabajo pertenece al dominio público)
El movimiento estudiantil
parece estar resurgiendo.
En las diversas ciudades del Estado español los estudiantes se echan a la calle para protestar contra el Plan Bolonia, que no es sino un giro más en la vuelta de tuerca que está dando el Capital para adaptarse a los nuevos tiempos. Las cosas se están poniendo muy feas y más que se pondrán: incremento del paro y de la precariedad laboral [1] , privatización de la enseñanza y de la sanidad, auge del fascismo, aumento de la represión y la presencia policial… Todo esto es una realidad que va in crescendo y que el estudiante no debe ignorar. La desunión entre los distintos frentes supone que sea más fácil vencernos. Debemos solidarizarnos con otros afectados por el mismo problema. Esta lucha no se puede reducir a las universidades.
En las diversas ciudades del Estado español los estudiantes se echan a la calle para protestar contra el Plan Bolonia, que no es sino un giro más en la vuelta de tuerca que está dando el Capital para adaptarse a los nuevos tiempos. Las cosas se están poniendo muy feas y más que se pondrán: incremento del paro y de la precariedad laboral [1] , privatización de la enseñanza y de la sanidad, auge del fascismo, aumento de la represión y la presencia policial… Todo esto es una realidad que va in crescendo y que el estudiante no debe ignorar. La desunión entre los distintos frentes supone que sea más fácil vencernos. Debemos solidarizarnos con otros afectados por el mismo problema. Esta lucha no se puede reducir a las universidades.
La financiación de las universidades no llega para poner en marcha en España la reforma europea - El endeudamiento total es bajo, aunque 10 centros tienen déficit
No tienen suficientes recursos para
el cambio que se les pide, algunas
comunidades autónomas les han
recortado o congelado su
presupuesto, deben poner en marcha
numerosos másteres que les cuestan
caros, los alumnos pagan el 12% de
media de lo que cuestan realmente
sus estudios y tienen muchos títulos
con pocos alumnos que les cuesta una
millonada mantener. La escasez de la
financiación para docencia e
investigación tiene muchísimo que
ver con los problemas que están
sufriendo las universidades públicas
y con el conflicto por la puesta en
marcha de la reforma de Bolonia.
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